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Consejos Nutricionales - Semana 11-

LA LECHE

 

Se tiene la creencia de que los lácteos son esenciales para la vida del hombre, sin observar que existen países como China, Corea, Japón y otros, que no tienen por costumbre introducir lácteos en su dieta, creando unas civilizaciones muy prósperas, con una esperanza de vida larga y sin enfermedades.

La leche es el alimento de los mamíferos durante la etapa de crecimiento. La leche de cada especie animal contiene un equilibrio de nutrientes específicos para el desarrollo correcto de cada cría.

Con esta frase lo expreso claramente: “La leche de vaca es para los terneros” porque contiene muchas más hormonas de crecimiento que la leche humana y esto es lógico ya que el ternero pesa al nacer unos 40 kg, y al convertirse en adulto (a los 2 años) puede llegar a pesar más de 400 kg. En comparación, un ser humano no alcanza su madurez física hasta los 21 años, con pesos que oscilan entre los 50 y los 80 kilos.

 

Así pues, las diferencias entre la leche humana y la de vaca hablan por sí solas, como vemos a continuación:

_ La leche de vaca contiene tres veces más calcio y proteínas (para un crecimiento veloz).

_ La leche de vaca contiene el triple de sodio, pero sólo la mitad de carbohidratos (necesarios para el desarrollo del sistema nervioso). También posee cinco veces más cantidad de fósforo, además de diferentes clases de azúcares.

_ El equilibrio entre ácido y alcalino es bastante diferente con respecto a la leche humana.

_ La leche de vaca produce un desarrollo veloz de huesos y músculos, mientras que la humana está indicada para desarrollar el sistema nervioso.

_ La proteína de la leche de vaca (caseinógeno), es muy difícil de asimilar por el sistema digestivo del hombre. Con frecuencia, produce perturbaciones porque se digiere parcialmente, sobrecargando el hígado y provocando irritación en los tejidos y en la piel, en un intento del organismo por eliminarla. Sin embargo, la lactalbumina, principal proteína de la leche humana, es digerida sin ningún tipo de dificultad.

Entonces, viendo que no es válida para el ser humano, tanto menos lo es para los bebés. Hace pocas décadas (en las cuales me incluyo) muchos bebés alimentados con biberón rellenos de estas leches de fórmula, sufrieron cólicos abdominales, gases, diarreas o estreñimiento, mocos y barrigas hinchadas y hasta gastroenteritis crónica. Todo esto se consideraba y se considera normal. Lo que realmente ocurre es que estos síntomas son un aviso de que estas leches no son asimiladas perfectamente por los bebés creando déficits importantes de nutrientes. Y después de varias épocas de preguntarse qué podrían ser estos síntomas, apareció la llamada ‘intolerancia a la lactosa’, es decir la incapacidad del cuerpo para asimilar el azúcar (lactosa) de la leche de vaca. La lactasa es la enzima encargada de asimilar el azúcar de la leche pero ésta desaparece a partir de los tres años de edad.

 

Hoy día en un sorbo de leche de vaca hay cientos de diferentes sustancias: grasas, colesterol, virus, bacterias, pesticidas, antibióticos, corticoides, hormonas, di-estil-berrol (DES) que es una sustancia cancerígena que se le da a las vacas lecheras para que engorden con mayor rapidez. Pudiendo causar todo esto grandes estragos en nuestra salud.

Y es que la leche de ahora no es fresca, como todos sabemos, sino que lleva los siguientes procesos:

- Pasteurización: Se destruyen los microorganismos indeseables pero también vitaminas y enzimas necesarias para la digestión de su alto contenido proteico haciendo las grasas lácteas más saturadas.

- Esterilización: Donde los inconvenientes son mayores que la anterior por las altas temperaturas a las que la someten.

- U.H.T de larga duración: Para que, teóricamente, aguante más tiempo sin estropearse.

- Homogeneización: otro proceso al que es sometida la leche para mejorar su textura reduciendo el tamaño de sus grasas diez veces pero realmente lo que hace es aumentar el riesgo de padecer ataques de corazón a los grandes consumidores ya que facilita el paso de grasas saturadas a la sangre aumentando el colesterol.

Pero a pesar de todo lo anterior y de refrigerar nuestras botellas de leche una vez abiertas, la población microbiana buena y mala, puede doblarse en 35 horas. Los lactobacillus de un yogur desaparecen a las 24 horas de su preparación.


Como dije, la caseína es una proteína que contiene la leche y nosotros tenemos una enzima llamada renina gástrica para asimilarla pero con la edad disminuye y finalmente desaparece. Por tanto, si seguimos bebiendo leche en la edad adulta, la caseína impide la absorción de otros nutrientes contribuyendo a la fatiga crónica y a alteraciones intestinales agotando nuestro sistema inmunitario y haciéndonos más vulnerables a las infecciones, alergias, diabetes juvenil, asma y acumulación de mucosidades, especialmente en los órganos genitales femeninos y en el aparato auditivo, y nefrosis que altera los riñones provocando pérdidas de proteínas por la orina, ya que se sobrecargan al intentar eliminar el exceso de caseína.( La caseína al ser una sustancia viscosa se emplea como pegamento en relojería y en carpintería. )

Y, por supuesto, nada de esto nos permite asimilar el calcio que se supone que “nos venden”.

Quien quiera más información acerca de la leche que me escriba a vive@deporbiotica.com pero creo que es suficiente para pensárselo antes de tomar un trago de leche.

 

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